Tres veces tres

3:00 a.m. la hora del diablo

Tengo sueños huyendo. 

Despierto y esa vida todavía es mi vida. Me levanto, reúno mis cosas y creo que por fin podría acabar con todo, por fin podría dejar todo atrás. 
Entonces me paralizo y pienso que tal vez no pueda. Tal vez esto me persiga hasta extinguirme.

Hoy, meses después despierto otra vez. Son las 3:05 a.m. 
Me desvelo...

Pienso en El Aro y en la maldad de Samara (que al parecer era mala porque si) y en cómo Rachel y su hijo lograron salvarse de ella haciendo una copia de la cinta. Pienso en todas las películas de terror y en que nunca te libras definitivamente, aun cuando creas haber dado con la técnica. (Como prueba hoy se estrenó El Aro 3, cuya sola existencia es una maldición...)

En la vida real esto significa que “eso” te va a perseguir tantas veces como le sea posible. Tantas veces como tú permitas que “eso” entre en tu vida. Y “eso” precisa apenas de tus pensamientos para activarse, Ley de atracción le llaman.

No hay peor enemigo que uno mismo.

Entonces ¿somos nuestras maldiciones? ¿Les damos vida y poder? ¿Las fortalecemos? ¿Las alimentamos?

¿Ponemos tanto esmero en construirlas que cuando finalmente se marchan no podemos evitar sentirnos un poquito tristes?

Alia.-